¡Qué guay somos las personas humanas!, ¡pero qué guayyssss!.
Desde que tuve edad y mentalidad suficiente para hacerme idea de lo bueno y de lo malo, siempre he tenido presente una cosa: la palabra ANTI-, para mí una de las palabras más feas del vocabulario universal.
A la hora de reivindicar cualquier discrepancia con los demás, hay que tener un especial cuidado en una cosita: LA RADICALIDAD. Esto sumado al hecho de que si al reivindicar, lo que estamos haciendo es querer que otras personas no hagan algo, más cuidado aún hay que tener. Si encima vamos y lo decimos escandalosamente en sus narices es un buen acto de sinceridad, pero cuidado, sinceridad o provocación.
Hay que tener en cuenta un hecho: cada persona tiene un tipo de sensibilidad distinta. Las hay que tienen una gran sensibilidad por las personas humanas, las cuales se vuelcan en su ayuda, las hay que tienen una gran sensibilidad por la naturaleza, las hay que tienen una gran sensibilidad por los animales, las hay que pasa un poco del tema y las hay que no tienen ninguna sensibilidad por alguna o todas de las anteriormente expuestas.
Otro hecho importante es el RESPETO HACIA LOS DEMÁS y hacia lo que creen los demás.
Del mismo modo que para mí es impensable una religión que no permita que haya otras religiones, aunque crea que la mía es la verdadera, no concibo pensar en que haya gente que defiendan posturas activamente en base a este tipo de sensibilidades.
La radicalidad nunca ha sido una virtud, pero al tener propaganda, los medios de información lo utilizan para su propio beneficio.
Sinceramente veo más polémica y más minutos en TV hablando de antitaurinos que de asociaciones contra la hablación, el burka, el velo integral islámico, discriminaciones de la mujer,…..
Es como los radicales del medio ambiente (dicen llamarse ecologistas): si se construye un embalse, protestan, si se construye una central para electricidad (del tipo que sea), protestan, si se construye cualquier cosa, protestan, nunca están de acuerdo con nada construible. Miren ustedes señores, se les debería castigar sin agua, sin luz y sin casa, y sin por supuesto despedirlos de su puesto de trabajo de funcionario (comer del bote), que la mayoría tienen, ya que es imposible que una persona que trabaje en una empresa privada tenga el tiempo suficiente para hacer las actividades que suelen hacer este tipo de individuos.
Pero es que las personas normales no nos organizamos: es muy fácil hacerles un seguimiento y ver cuánto porro y cuánta droga se meten la mayoría de estos guays en todo momento y en la vía pública. Se les graba y se les denuncia. No hay derecho que se estén liando un porro delante de niños pequeños y se los fumen al lado de ellos, porque según ellos no es droga y no es malo.
Señores, pues mi sensibilidad me conciencia que es droga y que es ilegal hacerlo en la vía pública, haciendo daño no a animales (tan sensibles como sois) sino a personas humanas, que creo que es peor.
Pero claro, si hacemos estos actos de protesta, tal y como alegan ellos "PORQUE TENEMOS DERECHO A HACERLO", seremos igual que ellos, cosa que tampoco me gusta mucho. En fin un lío todo.
Podrían esperar a que sea el propio público quien elimine el espectáculo, no asistiendo a las corridas, y no herir sensibilidades de nadie, alegando su derecho en base a unas creencias o sensibilidades. Pero claro ELLOS TIENEN DERECHO Y LO QUIEREN EJERCER. Un derecho que confronta con el derecho de otros. Un derecho un poco torcido jajajajaj
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